Reacción: La decisión de la mirada, de lo precolombino, lo colonial y el refugio.

29.09.2020

Relacionar a Debray con las visitas a los museos genera una gran reflexión. Por una parte vemos cómo nuestras diferentes culturas locales antiguas han desarrollado sus visiones del mundo antes de ser coartadas por la cultura española. En ese grado, confirmamos las posturas de Debray en cuanto a la muerte como ese factor decisivo en casi todas las culturas como la fuente de imaginación y creación de artefactos e imágenes que le dan sentido a la existencia.

Esta es la mirada mágica, de la cual, nos señala el autor, es el vínculo más fuerte que ha existido en la historia entre una comunidad y la realidad que los gobierna.

En el museo precolombino es evidente esta funcionalidad  ritualista de los objetos en oro y cobre, los cuales al parecer también fueron enterrados con el difunto con el propósito de acompañarlo en su travesía al más allá.

De esta manera la primera reacción generada, es aquella en la que la muerte pareciera ser ese elemento definitivo y común entre todas las culturas de la antigüedad. A veces, uno separa las culturas precolombinas de occidente, pero según esta reflexión entre Debray y estos objetos precolombinos, parecieran no estar tan distante de las miradas de las culturas originarias en el antiguo mundo europeo.

Por su parte, el museo de arte colonial me permite visualizar que en esta época o cultura, la mirada mágica también está muy establecida entre los imaginarios del contexto. Como sabemos esta es quizá la época más hegemónica de la religión católica en nuestro territorio. Toda su producción en pintura y objetos, están diseñados para realizar esa conexión entre lo "divino" y lo terrenal.

Esto me hace pensar cómo nuestra época es tan distinta a las anteriores mencionadas, y siguiendo con Debray, vivimos en una época donde ya no poseemos una mirada que le dé ese valor sagrado a las imágenes. Sin embargo, en nuestro territorio latinoamericano existe la particularidad de que prevalecen esas miradas mágicas de los vestigios que aún existen de la colonialidad y lo precolombino. Por una parte sabemos que existe mucha gente religiosa en este país la cual sigue creyendo en imágenes y además existe el lado indígena que por lo general aun practica rituales antiguos cargados de sentido en relación al más allá.

En este punto me veo en el conflicto de por un lado, como la mayoría de las personas de mi generación no creer en ningún tipo de imágenes de ese orden religioso o divino. Y tampoco estoy conectado o directamente vinculado a prácticas antiguas precolombinas. Así que surgen preguntas como ¿puede existir un artista que no crea en ningún tipo de imágenes? Qué tipo de artista sería?

No encuentro respuesta a estas preguntas en primera instancia, pero de lo que si estoy seguro es que cada ser humano debe encontrar su refugio para así darle sentido a su existencia. Y en un contexto como en el que vivimos sabemos que es muy difícil sentirse próximo o apropiarse de alguna cultura como tal. Así que ha sido mi propósito buscar en los fondos de mi historia y encontrar ese lugar en el cual podría establecer mi angustia y manera de ver el mundo.

Por ahora solo encuentro lo más pintoresco: Carnaval de Negros y Blancos.

De esta manera he decidido no reproducir sino expresar esas nociones y experiencias que tengo con esta práctica de mi región:

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